domingo, 12 de diciembre de 2010

Acampemos...

Nos encontrábamos a seis cuadras de la parada del colectivo, llenas de bolsos y con todas las expectativas para este viaje. Ya a las primeras tres los bolsos pesaban, la espalda dolía y la carpa se hacia inllevable. De vez en cunado alguna que otra bocina se escuchaba a lo lejos.
-         Te juro que si vuelven a tocar bocina para decir algo y no llevarme los puteo!
-         Jajaja si ya empezamos así no quiero imaginarme lo que va a ser el resto del finde!

Las letras de “nuevo mensaje” titilaron en el celular de mi amiga, una alerta nos llegaba desde el lugar de destino y decía: “trae paraguas, esta lloviendo”. Nuestras ganas de irnos lejos hicieron que hagamos caso omiso a la advertencia y siguiéramos con la esperanza de que algo valla a cambiar.
Una vez arriba del colectivo, seguidas por las miradas de todos nos instalamos con un poco de torpeza, las cuadras comenzaron a pesar y nos quedaba un largo viaje por delante, la idea de estar paradas mucho tiempo no se nos hacia placentera así que guiadas po la mezcla de cansancio y sueño acampamos cómodamente en el suelo y arriba de los bolsos.
-         Te juro que se larga a llover y yo me mato! Por lo menos que aguante hasta que lleguemos!

Basto con pronunciar la palabra mágica “lluvia” para que por la ventana empezaran a entrar pequeñas gotas que a lo largo del viaje se fueron haciendo mas intensas.
Llegamos a destino acompañadas de un par de golpes atolondrados y la mirada de algunos curiosos, las cosas levemente iban empeorando pero siempre positivas las carcajadas nunca faltaban.
-         Yo no quiero ser mala onda, pero me parece que vamos para atrás, como este bondy!
-          Mal pero las cosas van a mejorar!
-         Mira, te voy a leer una frase del libro que estoy leyendo que dice: “Se sabe: El exceso de expectativa es todo lo que se necesita para que algo vaya mal.”
-         Uy estamos al horno!

Una vez que pusimos un pie fuera del colectivo cargadas con todas las cosas, el tiempo nos jugo una mala pasada y se largo a llover fuertemente, salimos corriendo pero los semáforos estaban decididos en que nos teníamos que mojar y se pusieron todos en rojo, resguardadas bajo techo y con unas dos horas de espera nos sentamos y dejamos que el cansancio se apodere de nosotras.
Los viajes se venían anunciando con 10 a 15 minutos de adelanto, nuestras esperanzas de subir antes al micro iban creciendo, pensábamos que apenas apoyemos la cabeza en el asiento íbamos a quedar dormidas, debido a que desde las 6 de la mañana estábamos de pie.
Un par de personajes se nos cruzaron en el camino, un hombre se apoyo con tanto entusiasmo que dejo mi pelo en medio de su espalda y su asiento como producto de esta situación sentí un fuerte tirón y mi amiga empezó a reírse de mi situación, estaba atorada entre mi silla y la espalda de mi agradable vecino, pero poco después tuve la revancha cuando un hombre con un sombrero bastante llamativo comenzó a golpear su gorro contra la cabeza de yasmin mientras se apoyaba cómodamente en el respaldo de la silla.
Entreteniéndonos viendo a la gente desfilar por la escalera cuesta arriba y cuesta abajo nos dimos cuenta que la hora había llegado, faltaban diez minutos.
Ya habían pasado 5 minutos de la hora y el micro todavía no había sido anunciado, como era de esperarse justo el nuestro venia con demora.
Una vez arriba del mismo, con la lluvia que no había parado, decidimos que al llegar veríamos si nos aventurábamos a la carpa o si nuestro presupuesto lo permitía pasábamos una noche en algún hotel.
Micro en marcha, cabeza apoyada en el asiento, el paisaje empezaba a camibar, y el viaje comenzaba.
Baradero te estábamos buscando...

Continuará....

1 comentario:

  1. OH!!! quiero conocer el final!!!!!!!!!!!!
    No te preocupes Cyn yo también he estado bastante liada con la Universidad y he pasado poco por el blog. Pero ya por fin me han dado las vacacaciones de Navidad :D
    Prometo no abandonarlo tanto
    espero que estés genial

    un besotee

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