Vuelvo a tropezar con la misma piedra, no puedo evitarlo, caigo en el pozo, me vuelve a consumir. Me agarra de la mano y no me suelta, me quiero escapar, correr, gritar, pero no hay sonido que salga de esta garganta
Me quema, me pesa, cada numerito que sube me tortura, y solo soy feliz cuando los veo bajar, cuando lo veo irse, cuando me veo volver a la “normalidad”
Durante el día la esquivo, no encontrarme con ella me hace feliz, me pone de buen humor, el vacío que siento dentro es un vacío bueno, duele, si, pero es placentero, me hace pensar que estoy mas cerca de mi meta.
Me siento frente a ella, ya no encuentro excusas para alejarme y no quiero que a mi alrededor se den cuenta, pero es inevitable, es mas fuerte que yo, la aborrezco, la miro con odio, no quiero que eso entre en mi.
Me preocupa actuar así, es irracional, infantil, pero llega esa hora y me pongo mal, me hacen sentir realmente mal.
Encuentro el hueco perfecto y me escapo, cuesta dormirme, pero el vació que sigue presente me hace pensar que voy a lograrlo, que mañana veré los números bajar.
La culpa es lo que mas duele, la culpa de no sentirme normal, de saber que estoy haciendo mal y sobre todo la culpa que aparece cuando actúo bien pero para mi esta mal.
Y ahora que esta adentro mío me quema, me lastima, me arde. No quiero tenerla dentro de mí, me intoxica, me pesa, me sacude por dentro. No quiero, tengo que sacarla.
No, no debo, controlate, tenes que hacer las cosas bien, hacerlo de forma saludable.
Pero no quiero, no puedo, vos no entendes, me duele, me pesa, me lastima. Tengo que hacerlo, es la única forma, no hay otra escapatoria.
Me agacho, me acerco y lo saco. Todo, casi todo sale de forma fugaz, siento que me alivio, se va un peso, me siento limpia.
Si exactamente, eso es, mi cuerpo se limpia, como horas atrás lo hacia superficialmente bajo la lluvia mientras bailaba y cantaba, ahora todo eso que me hace mal se va pero de adentro.
Mis ojos se tornan llorosos y me pregunto como llegue a esto? Antes no lo hubiese imaginado, no lo hubiese creído, yo haciendo eso? No, imposible.
Pero acá estoy, me siguen lagrimeando los ojos del esfuerzo que tuve que hacer (menos del pensado en realidad) y de pronto caigo en la realidad y me doy cuenta.
Me siento bien, extrañamente bien pero la verdad es que: Toque fondo.
